viernes, 23 de mayo de 2008

Latín,latón,acero y cobre...


Para no ser chivato
y mucho menos
parecer moñas,
que el Hamete Benengeli
cuente esta historia.
Comienza así
en cualquier lugar.
Era un día normal,
los astros tristes
hacían cola,
Fortuna repartía suerte;
le tocó poca.
Se hizo singular
y extrañamente
inteligente:
¡ahí va ese subnormal!
suponía la gente,
por su extraño amor
al contenedor.
Latín, latón, acero y cobre,
sumiso pobre
de intemperie
y de cartón.
Él se va a buscar
con su carrillo
de Mercadona
¡que mala suerte
al cruzársele
una mamona!
Le dijo: ven, dame la mano;
vacúnate contra
la gripe existencial
para que no te duela el alma.
Vacúnate contra
la gripe existencial
y vuelva usted mañana.
Hay que subrayar
que esa gachí
era una Moira.
No se la puede quitar
de la memoria
consustancial
al paladar.
Aún sigue vivo
y pertinaz
fuma la vida.
Va de farol
en la partida.
Aún sigue vivo
reprochando
su flaqueza y... etcétera, etcétera.
Latín, latón, acero y cobre
sumiso pobre
de intemperie
y de cartón.
Se busca la vida
solo y sin freno
hasta el trigésimo noveno
día del mes.

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