sábado, 20 de febrero de 2021

MÁNDAME...

Mándame un ¡eSeMaeSo!

Para curarme del todo.

A mi corazón regreso

que con el afecto expreso,

no puede ser de otro modo

CERTEZAS

El corazón

no se endurece con una

mente flexible


El loto crece

desde el fondo cenagoso

del corazón


Salta el guijarro

sobre las tranquilas aguas

de aquí y ahora


Ante mis ojos,

los arces de rubio otoño,

peinan sus hojas

viernes, 19 de febrero de 2021

PENOSAS RABIETAS DE ADOLESCENTE

Dedicado a las primeras críticas que recibió la nueva ubicación del rastro de Valencia, por parte de algunos compradores


Campaban por la selva los leones

acechando a sus presas favoritas,

y en la caza, al no haber leyes escritas,

tampoco hay igualdad de condiciones.


Elige: búfalo, cría o cebú,

que cazar es como un juego de envite.

El jugador de ventaja se admite,

pero... hay veces en que el primo eres tú.


Dejando las metáforas a un lado;

hipérboles, hiatos y sinalefas;

en el rastro, hablando claro y corriente,


el más tonto hace relojes. Y añado,

que son tus “mofas, escarnios y befas”,

penosas rabietas de adolescente

viernes, 12 de febrero de 2021

CANCIÓN PARA UN DESNUCAO Y MEDIO


Siempre a mano la petaca
“El Bambú” y “ el cuarterón,
y el coñac de “garrafón”
en aquella España opaca.
Como era guarnicionero,
las heridas se cosía.
Mi padre, me lo decía:
así se cura el obrero.
Tomé conciencia de clase
y dejé de ir a la escuela.
Tomé clases de curdela.
Fui militante de base.
El arbitro se dio cuenta
y pitó fuera de juego.
Yo me libré del talego
y los míos de la afrenta.
De mayor, fui al cirujano
a curarme las heridas
de las batallas perdidas
en el continente urbano.
Crucé un río, y en la orilla,
me mantuve esclavizado
por dormirme encadenado
a mi propia pesadilla.
Lágrimas que humedecían
el filtro del cigarrillo.
Llorando como un chiquillo
los buitres se me comían.
No pensé que llegaría.
“La vida te da sorpresas”.
Renace de las pavesas.
¡Me quemó la epifanía!
No voy a cambiar el mundo.
Lo que quiero es abrazarlo,
comprenderlo y no mancharlo:
está el pobre moribundo.
Lo que tengo de santón,
lo tiro por el retrete.
Ni corbata ni bonete,
ni peto en mi corazón.
Un nido de pajarillos,
apostado en mi ventana,
me anuncia cada mañana,
que mude de calzoncillos.
Por la ventana mirando,
veo el sol cuando amanece.
La luz que me pertenece,
con mi karma estoy pagando.
Me paso horas contemplando
y otras tantas escribiendo;
de aquí allá, yendo y viniendo
sobre una nube volando.
La certeza de la nada
que tengo bajo mis pies,
descarga, antes o después,
energía acumulada.
Juro por los siete dientes
del cráneo de Cervantes,
que somos los inmigrantes
uno de los ingredientes
para hacer el estofao
con el que todos comemos.
Nos tienen miedo los memos
y algún que otro desnucao
que se aferra con cinismo.
Lo bueno es, que no lo sabe,
que hasta que no se le acabe,
come mierda en el abismo.
Con un poco de paciencia,
dejo que el amor me eduque,
para que no me desnuque
ya perdida la inocencia.
Mi familia cogió un tren.
De mi tierra no me olvido;
de las lomas y el olivo:
soy de Linares, Jaén.
Y así llegamos de paso
como las nubes, las olas,
con una maleta a solas
y una póliza en OCASO.
Qué importa donde nacer,
si es un tránsito la vida,
no hay del todo despedida
y mucho que agradecer.