CREER Y NO CREER.

Todos rezamos al mismo Dios,
pa que nos toque la Bono Loto,
y cuando no atiende a nuestras súplicas,
siempre tiene la culpa “el otro”.

I LIKE II

(Para ti)

Me gusta verte pasear
entre la bulla de El Rastro.
Subiendo… “aluego” bajando
cuando el sol anuncia el Ángelus.
No te cansas de mirar.
No te cansas de “goler”;
pero, coño, "cómprame algo"!.

LA VENTANA

Hoy, he colgado un cuadro
que compré en El Rastro,
y sin querer, he abierto
una ventana, donde antes,
solo había un espejo
que no paraba de imitarme.

DE LA MARGINACIÓN SOCIAL.

Primero, te miden los hombros.
Han de ser, en proporción,
flexibles y fuertes
como los dedos de un pianista.
La carga es azarosa.
Nunca sabes el peso ni la forma.
Luego, tienes que estar conforme.
Algunos, crujen y se rompen
cuando apenas despiertan.
El Estado, retira los escombros
y los orilla en el camino.
La vida sigue, con o sin ambiciones.
Va a llover, los pájaros se recogen.

I LIKE

(El Sol)

Me gusta verte asomar
por el desorden del Rastro.
En invierno, un tímido saludo
basta, y es como agua de mayo;
y en verano, un fuerte abrazo;
pero, coño, no aprietes tanto!

DOMINGO DE OTOÑO EN EL RASTRO.

Las hojas pardas, que escupe el viento,
sobre el asfalto mojado:
¡Ay, si fueran billetes de a quinientos!.
O para no pecar de avaricioso,
por lo menos, de a diez pavos.

JUANITO EL MIMOSO (1945-1992).

Estando de cuerpo viviente,
chugais*, chinches y elaillas*,
velaban sus restos de ayuno crónico.
En un chupano* fétido e inmundo.
En un camastro repugnante.
Rodeado de gargajos.
El suelo pegajoso.
Y cuando murió Juanito El Mimoso,
las cucarachas del bar El Maño,
lo pasearon a lomos
por la Plaza De Gollado*.
Al paso del cortejo,
un travesti bizco
le guiñó un ojo.
Y eso fue todo.

Posdata:

Total, que se lo comió el hambre
y lo dejó, con su soberbia reaccionaria;
los pulmones secos
y esa tos que lo dice todo,
en la puerta de la gloría.

*Chugais = Piojos.
*Plaza De Gollado = Plaza del Doctor Collado.
*Chupano = Casa abandonada.
*Elaillas = Ladillas.

EL TONTO DE MI GATO.

Mi gato es tonto pero se cree muy listo.
¿Es orgullo o timidez?
Me da cabezazos.
De donde yo me levanto, él se acuesta.
Se mete entre mis piernas.
Me hace tropezar.
Yo le doy pensión completa.
Mi casa es su imperio
menos cuando se acerca a la ventana.
Entonces, surge el drama:
¿Qué pensará, cuando mira tras el cristal
y acerca el hocico a la rendija
por donde solo entra aire,
pero no cabe la libertad?.
¡Me conmueve tanto!
Como cuando el trabajador
vota al reaccionario.

DE UNA JUVENTUD INDOLENTE

El Rastro es una mina… de pan duro.
Lo sé, porque cuando no tienes dientes,
ya no tomas el sol de aperitivo,
sino por tomar algo de caliente.