martes, 17 de diciembre de 2019

BIENVENIDO (Nuevo Rastro)

¡HOLA, CÓMO HAS CAMBIADO!:
Desde que te conozco, (ahora no caigo) siempre hecho un adán, como si acabaras de levantarte de dormir y no te hubieras peinado ni lavado la cara; yendo de de aquí para allá, de un chupano a otro al socaire de la beneficencia tradicionalista. Por eso, me asombro de ver que hoy muestras un poco de amor propio; que siempre viene bien, pese a tu obstinado apuro.

Con estas cuatro letras, te doy la bienvenida y nada más por mi parte. En todo caso, agradecerte los estímulos que me ayudaron a desprenderme de mi pobreza soberbia: sobre éstos, en un digno camastro, reposa mi “ser”, que es mi riqueza