Sí; pero no. No es como me lo cuenta
el policía del alma y recuerdo,
pues, la mentira huele cuando fermenta.
Si bien, de más joven no me di cuenta,
no; pero sí: me porté como un cerdo
Tocaba el piano con guantes de lona,
por eso, no hubo elogio ni ovación.
Fue mi conducta insensible y burlona.
No se quedó ninguna solterona,
no; pero sí: me quedé solterón
A unas elegí y otras me eligieron.
A unas las perdí y otras se marcharon.
Sí; pero no, al manicomio no fueron,
no; pero sí que el cielo abierto vieron
cuando, a la postre, de mi se libraron
Sí; pero no. No hay pedo
El goce del himeneo,
y ya con esto acabo,
con la cebada al rabo
me importa un bledo
No hay comentarios:
Publicar un comentario