miércoles, 15 de marzo de 2023

Ayer tuve un motivo

El mar que tengo tan cerca, 

a un trasbordo de autobús, 

me da pereza visitarlo, 

y, de ahí, a la indiferencia, 

-ceguera del alma-

sólo hay un paso.

Pero ayer tuve un motivo 

al que no dejé pasar de largo. 

Fui a Ballesol, La Patacona,

al reencuentro de un amigo; 

mejor dicho, dos:

uno, estaba sereno, 

soplaba viento de Poniente

inflando velas latinas;

y, el otro, sujetaba al sol 

con un hilo de esperanza:

peinaban la mar tranquila,

las maderas de un velero

reflejado en sus pupilas. 

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