miércoles, 30 de septiembre de 2020

SONETO

Vivo con mis pares en la pobreza.

Con el rabo nos controla El Botero

y tanto el loco como el pordiosero,

por la caldera asoman la cabeza.


Yo, por asomar, lo hago hasta el pescuezo,

pues a nadie pienso pedir clemencia;

cumplo sin rechistar mi penitencia

y también en los fogones me cuezo.


¿Fue por esto, por lo otro o por aquello?

Fue por todo a la vez. Me escarmenté

y a nadie más condeno a padecer.


Yo fui mi juez, jurado y leguleyo

y a cambiar de hábitos me condené,

que todo no es: dormir, follar y comer

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