miércoles, 12 de julio de 2023

Me sobra cama


 ¿Qué maestro, en tu tirante cabellera,

 puso otrora sus dedos? 

Yo lejos, muy lejos de sentir celos,

gozo con que tañera 

 y guardase su tacto en un joyero: 

de Dalbergia su aroma 

 -que es puro acero para la carcoma-   

y ahora, soy tu heredero.

Me sobra cama y en ella cabe tanto, 

tu estuche acartonado, 

como quien duerme dentro aletargado:

 la pícea y el palosanto.

Contubernio entre cartón y madera:

¿Fue acaso el destino o, 

nostalgia del género femenino 

que con tu forma yaciera?

A veces tengo un sueño recurrente:

cuelgas de una alcayata

y, de pronto, se escucha una sonata 

de auxilio persistente.

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