miércoles, 14 de septiembre de 2022

Constante movimiento

 


Huye el ego a no sé donde

y nuestra carne, huesos, sangre,

costean el desapego

y, con la inflación al rabo, 

(como la muerte no duele)

emprenden el viaje de un

instante con muchos ceros: 

hunde la barca a Caronte, 

por despechado y palurdo,

el constante movimiento.

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