miércoles, 7 de noviembre de 2018

EL TONTO DE MI GATO.

Mi gato es tonto pero se cree muy listo.
¿Es orgullo o timidez?
Me da cabezazos.
De donde yo me levanto, él se acuesta.
Se mete entre mis piernas.
Me hace tropezar.
Yo le doy pensión completa.
Mi casa es su imperio
menos cuando se acerca a la ventana.
Entonces, surge el drama:
¿Qué pensará, cuando mira tras el cristal
y acerca el hocico a la rendija
por donde solo entra aire,
pero no cabe la libertad?.
¡Me conmueve tanto!
Como cuando el trabajador
vota al reaccionario.


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