martes, 7 de abril de 2020

FANDANGOS



De un reloj Isabelino
solo queda la apariencia.
En su funesto destino,
se rompió por el camino
de Linares a Valencia

Mal presagio tuvo el viaje.
Mis padres y sus trece hijos,
pagaron caro el peaje,
que dio comienzo al linaje,
con aquellos amasijos

De alabastro era la esfera;
las horas de porcelana.
Solo queda la madera
que de ninguna manera
a la carcoma le gana

Colgado de una alcayata,
de su presencia mamé
la historia que se relata:
le acompaña en la sonata,
lágrimas de gotelé


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