jueves, 6 de junio de 2019

EL INICIADO



A su regreso, le esperaba su Penélope particular, actualizada, y lo primero que hizo fue, descabezar un sueño sobre sus pechos de silicona. El móvil, de cuando en cuando, vibraba y tenía encendida la televisión, pero él ya era inmune a los cantos de sirena. Cuando despertó, bajó a la calle, entró en un bar y no pudo resistir la tentación... de columpiarse en la cadena el váter.

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