miércoles, 17 de octubre de 2018

DE LOS VÁTERES UNISEX DEL RASTRO DE VALENCIA

Me estaba meando vivo. Entré y cerré los ojos atendiendo al protocolo. Abrí uno para atinar, y allí estaba como el que no quiere la cosa: El Secreto de Victoria, azul turquesa, Adaptación Mercadillo. A simple vista, no presentaba signos de violencia ni evidencia de zurraspas: lo bueno estaría dentro como pastel que era. Y fuera, sobre la pared, apuntando al Secreto, estos ripios escritos con lápiz de labios:

Al sexo femenino,
cuando no hay papel en el retrete,
le importa más... limpiarse el ojete
que taparse el chumino.

Tuve madre y tengo hermanas, sobrinas, primas, amigas… y trato de comprenderlas. Con esto, a poco que lo consigo.

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