Primero hubo nimbos en el cielo
y agua por gravedad,
resbalando con naturalidad
hasta el propicio suelo.
El falso pimentero, retorcido
por la lluvia y el viento,
resiste vertical, por el momento,
a su semilla asido.
Y para que conste, fotografío
tierra y agua en contubernio:
esa magia o prodigio de diseño,
que me saca del hastío.
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