Ese triste pajarillo
que en mi ventana anidó,
me dejó en un papelillo,
teléfono y dirección.
Le llamé y no contestaba.
Cosas de la cobertura;
mas, recuerdo cómo piaba
¡Era flamenca su hondura!.
Cambiaste de meridiano,
incluso de paralelo:
de primavera a verano,
espero tu canto y vuelo.
Mi gato te echa de menos
entre admiración y envidia:
es que le asustan los truenos
como a mí ver tanta insidia.
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