Pagado estoy, porque invierto mi tiempo
en algo que me resulta gratificante
y hace que los días se deslicen,
suavemente, sobre el pavimento
de mi ya desgastada existencia.
Soy tan libre como la longitud
de las cadenas que me unen a mis deseos.
Sigo haciendo lo que he hecho siempre,
pero sin remordimientos, consciente;
por eso, verte la espalda no me pesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario