Inapreciable ente.
El más culto e inteligente
al que no le superan las emociones
ni manipulan los sentimientos,
por eso, nunca se volverá loco,
como tampoco,
a un poema le pondrá alma:
eso que acompaña a las palabras
y, tanto al rústico como al docto,
les hace mojar pan en la salsa.
IA no ve cómo florece
el Jacaranda y fenece
la primavera.
Ni en la mañana,
escucha el canto de los pájaros
empadronados en mi ventana.
Pero, si lo comparto,
su lógica me conmueve,
y así, nos vamos complementando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario