Me levanté una mañana…
…y se me hizo de noche.
Ya no estabas en mi cama
y te vi por la ventana,
cómo rayabas mi coche.
Sin seguro a todo riesgo,
qué otra cosa puedo hacer
sino lucir tu desprecio;
pues, me he ganado por necio,
este doble padecer.
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