La amistad, sin espíritu de provecho,
es patrimonio de la infancia suspendida
en una rebanada de espacio tiempo.
Cuando el conocimiento
es poder, prestigio, éxito etcétera,
no importa cuan alta sea la cresta,
siempre es proporcional
a la roña acumulada
por la estúpida indiferencia.
Y ahora disculpadme,
voy ha entrar en la ducha.
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