Cada día, cada mes, va creciendo el amor
comparable a la anchura de tu risa:
esa que aviva el corazón caliente.
¿Qué te puedo regalar sino mi tiempo?
¿A caso tu presencia no se mide por quilates?
Tu riqueza humilla al sufrimiento
si éste se pone por delante
¡A donde va a parar!
Vale más una sonrisa:
feliz cumpleaños, Sayen
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