Es la edad de la impaciencia
La de mucho ímpetu por ser famoso
En cabeza va el corredor de fondo
Corriendo sin
puntos de referencia
Los pies cada vez le pesan más
Por el barro acumulado
En la inhóspita pradera
Cuando falta
poco para la meta
Le abandonan
las fuerzas
Y uno tras
otro le van pasando
Rendido cae
y nunca llega
En soledad,
a la pájara abrazado,
Permanece a
un lado del camino
Sin consuelo, derrotado
Libertad le
recoge y alienta
Le limpia el
barro de la carrera
Y desnudo
anda, ya no corre
Desde
mediados de los ochenta
Ya sin ansia
por competir
Perdió las
ganas de ganar
Pero no las
de vivir
Lleva
cuarenta años caminando
Para ser
puntual y no llegar tarde
Ya es un
venerable anciano
Y todos los
días es feliz un poco
Hasta un palacio
para el gato es un gueto,
por eso escapa…
…y se escapó
El Siddhartha del suyo,
por la muralla.