Mover los músculos del pensamiento
es un buen ejercicio de creatividad:
sin duda, el mejor entretenimiento.
De la dependencia nace
todo lo que hay entre el hombre y la bacteria,
el sol, el aire, el agua y la tierra.
El placer inmediato se condensa
como lo hace el vapor de agua, en cumulolimbos,
y caen chubascos de indiferencia.
Despeja los nubarrones,
del karma colectivo,
El Anticiclón de la Paciencia.