Como leo poco, es pobre mi escritura
y no podréis en el Parnaso acogerme;
ni las musas bailarán para animarme;
ni a Fama y Eros deberé la calentura.
Navego por lagunas de cultura
y no por eso habéis de disculparme,
si acaso, ¿de mi vanidad libradme,
podréis, dioses de la literatura?.
Ya lo sé, sin citas y sin adornos,
es como nutrirse de carne cruda;
de sangre sin cocer de una matanza…
¿Para qué, si no, está el fuego en los hornos
o las lágrimas que el herrero suda?
Qué sé yo ¡Meteos por culo la alabanza!
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