Tejido por el sol, todo aparece:
el rojo arce en otoño,
el aloe vera, el ácido hialurónico...
¿Qué viaja más rápido, el miedo o la vanidad?
¿la ética o el despilfarro?
La guerra recurrente
contra la relatividad del tiempo,
no es un virus primordial,
sino antropogénico,
cuyo huésped, es la ignorancia
proporcional al ansia de poder y avaricia:
a lo que es ajena y no determinista,
la luz (y el calor) de la estrella que nos favorece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario