Un pajarillo piaba
en el borde de mi ventana
Con alas fuertes se despide.
Dice adiós y da las gracias
Un pajarillo piaba
en el borde de mi ventana
Con alas fuertes se despide.
Dice adiós y da las gracias
El Buda estaba en lo cierto:
nacemos y envejecemos;
enfermamos y morimos,
y... al Rastro van a parar,
(y muy a nuestro pesar)
los restos
El Buda estaba en lo cierto,
yo no sé de ningún muerto
que baje del purgatorio
(sería contradictorio)
andando
Y el que no sea budista,
que pida a Nuestro Señor,
una visa de turista,
y baje a por su tesoro,
que quiso dejar en prenda,
y corra como un meteoro
Por el cielo del mercado,
la mala conciencia vuela
y ves lo que quieres ver,
si te quieres esconder,
pues, tápate Maricuela...
Por el mar, un portaviones,
y en el cielo, un zeppelín;
volando quinientos drones
con tan malas intenciones
de al caos ponerle fin
Ay! En medio me sitúo:
si queremos que haya paz,
tiene que haber “quid pro quo”
En honor a la verdad
¿Quién madruga, en domingo,
pa hacer obras de caridad?
“Ay! El que mucho fornica,
pa ahorrarse los condones,
la polla se plastifica”
Un cuco puso un huevo
en el nido de un buitre
y desde que salió el polluelo
la cara de gilipollas
no hay quien se la quite
Los buitres siempre se quejan,
quieren comérselo todo,
y comen... lo que le dejan
Lo digo aunque me salpique,
que yo, en mis mejores tiempos,
tenía fama de buitre
¿El rastro tiene de todo?
Nos falta para alegrarnos,
cuando tenemos buen día,
una sección de perfumería
para poder perfumarnos
Si te quieres perfumar,
pues, ándate con cuidado.
Yo vi a mi padre tirar,
por arriba y por detrás,
el hígado granizado
¿De donde viene la luna
con su carita lavada?
¡A ver donde desayuna!
Se acabó lo de maltratar,
por siempre, a nuestra alma máter:
hartos de ser tan guapos
y de mear colonia,
nos vamos a columpiar
en la cadena del váter
Óyeme lo que te digo:
edúcate como puedas,
que no hay ningún cocodrilo
A la hora de crear,
no hay musas sino oficio
y estar dispuesto al sacrificio
porque lo vas a regalar.
Para mejor hacerme entender,
Sócrates viene al caso,
pues, cobró más que Picaso…
de los puños de su mujer.
Y si alguien le preguntaba
por un ojo a la virulé,
decía: perdone usted,
“yo, solo sé que no sé nada”.
He aquí el quid: NADA.
Todo es interdependiente
y su forma aparente
por el concepto viene dada.
Fama, poder, celos,
los tratamos como sólidos
y al atraparlos son líquidos
que escapan entre los dedos.
El ego engaña a la consciencia
Lo que no le gusta lo proyecta
Día a día hay que estar alerta:
al YO, lo neutraliza la paciencia
Las
luces de la etnología
alumbraron
al concejal
en
la ciencia del “cagal”
llamada
coprología.
Y
nos tocó la bonoloto,
pues,
una prueba-piloto
que
no mucho duraría:
dura
hasta hoy en día.
La
prueba con sus razones,
son
cabinas-urinarios
donde
saldar apretones
vendedores
y usuarios.
Con
tres habría bastante,
y
luego, más adelante,
así
se viera el sondeo,
habría
actualización.
¡Como
no, en proporción
según
el canon filisteo!.
La
nota daba la brasa
sin
faltas de ortografía;
mas,
gentes que no tienen casa
o vienen de
otro planeta,
no
saben de cortesía
cuando se
van de vareta.
Y
se van por bulerías.
Pepes,
Basilios, Marías,
orinan
con malas artes;
se jiñan por
todas partes,
embarazando
los suelos,
paredes
y rincones
con
tales cagallones,
que
a las vacas le dan celos.
Las
moscas con sus revuelos,
cuando
las calandrias cantan,
por
miles, millones yantan
hasta
hartarse de “gandinga”.
Tienes
que salvar la minga
de
las moscas voraces
que
se empeñan contumaces
en
dejarte hecho un eunuco
¡y
te entra un repeluco!
Un
riachuelo de purines
de
las cabinas mana
y
al Rastro lo avillana.
Si
celaran querubines
como
cuando vino el Papa,
que
no hubo punto en el mapa
donde
no hubiera letrina
para
aliviar los intestinos,
pues,
cristianos con palominos,
va y quebrantan la doctrina.
¿Hasta cuando tanta inquina
y tanto noster páter
y tanta prueba-piloto?
¡que nos compren una moto
o que pongan manillar al váter!
Eres un destello desvanecido.
No te echo de menos ni de más,
y en todo caso, ni me debes ni te debo,
así que, estamos en paz.
No te ofendas: hasta aquí hemos llegado.
En mi corazón (¡Ay!) hay:
un niño medroso,
un joven engreído,
y un viejo amable
que nos abraza
y alivia el peso
del formato original
de los recuerdos.
En el proceso,
repite un mantra:
lo siento a mares
¡Cómo lo siento!