En casa, el sol de por la mañana
revela la pelusa omnipresente.
En la calle, la sombra es clara y
estirada;
los colores, con la luz oblicua,
se lavan a ritmo del contraste.
Es el preludio, andante,
de una nueva sinfonía.
A mediodía, la sordera es uniforme
y cuando el sol declina,
repite con un adagio,
No hay comentarios:
Publicar un comentario