Me asalta una duda existencial:
¿Si fumar provoca todos los males,
ergo si fumo, es porque me quiero mal?
Pues yo no quiero perjudicar a nadie,
y menos, al que “se está
quitando”,
(sobre todo de comprar),
porque yo amo al prójimo más que a mi
mismo.
Así que, cuando me pidan tabacum, les
diré:
Ala, arreando!... Por su bien.
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