Por mi madre que está muerta,
te lo juro: no me importa
si eres fea o cuellicorta,
pero mentirosa y puerca,
ningún hombre lo soporta.
Y viceversa.
Por mi padre que está muerto,
te lo juro: no me importa
si eres feo o patituerto,
pero mentiroso y puerco,
¿Quien te aguantará? Otra puerca.
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