sábado, 25 de marzo de 2017
LA MALA FAMA
La mala fama del Rastro
desde muy chico le viene,
pues, al criarse con padrastro,
bien ganada que la tiene.
Y creció como el olivo,
retorcido y contrahecho,
agitando, irreflexivo,
cada rama del derecho.
Sin mentores ni mecenas,
bajó Momo en nuestro auxilio,
compartimos anatemas,
condenados al exilio
Al dios Momo le debemos
su sagrado patrocinio.
Por llevar, lo llevaremos,
recostado en su triclinio
Pues este es nuestro patrón,
no Diógenes de Sinope,
filósofo que a la sazón,
ni era tonto ni cipote
Y así queda a grandes rasgos
El Rastro y su mala fama:
caminamos como hidalgos
tiesos como la mojama
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