Cuando niños solo tenemos ojos
que miran a través del corazón.
De mayores vemos, con la razón,
que éramos minúsculos como piojos
y lejos de mirar con humildad
lo grande que es el mundo pa uno solo,
inflo el ego con avaricia y dolo
por puro miedo a la caducidad.
La mirada de una mente madura,
con los ojos y el corazón de un niño,
me abrió la puerta que quedó atrancada,
mientras permanece uno en la impostura,
hasta que con un inocente guiño,
di a la jodida deuda por zanjada
que miran a través del corazón.
De mayores vemos, con la razón,
que éramos minúsculos como piojos
y lejos de mirar con humildad
lo grande que es el mundo pa uno solo,
inflo el ego con avaricia y dolo
por puro miedo a la caducidad.
La mirada de una mente madura,
con los ojos y el corazón de un niño,
me abrió la puerta que quedó atrancada,
mientras permanece uno en la impostura,
hasta que con un inocente guiño,
di a la jodida deuda por zanjada
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