Este poema
es un guiso.
Dejo que la
mano me lleve
Puesto el
corazón en aviso.
Le añado,
compromiso,
Pruebo y, si
me conmueve,
No obstante,
lo reviso
Y procuro
que, “Narciso”,
Por glotón,
ni lo pruebe
Voy a
ponerle clavo
Porque me
huele a podrido
Y el cerdo,
del hocico al rabo,
Se come, si
está bien servido
(por san
Martín, he oído,
Que el
cerdo, bien cebado,
Según tengo
entendido,
De ese día,
no ha pasado)
Si la vida
es como un guiso,
Cada cual es
cocinero
Y no
necesitan permiso,
Para entrar
al paraíso:
Ni el
indígena ni el extranjero
¡Vaya jaleo,
jaleo!
Al pronto,
parece broma,
Pero no es
cachondeo
(Sopena que
sea un tebeo
Lo que
entienden por historia)
¡Vaya jaleo,
jaleo!
Padecen de desmemoria,
A juzgar por
lo que veo
(Sopena que
sea un tebeo
Lo que
entienden por historia)
En las cuevas de Altamira,
está la muestra palpable,
de que, hace treinta mil años,
aprendimos a pintar…
…y hasta que no llegó Trump,
no aprendimos a peinarnos.
Pues, sí, la
vida es un guiso…
…Y para
otros un pastel
Quien
reparte es “Narciso”
Sin
miramiento y cruel…
… ¡Cuando el
mundo es indiviso!
O eso me
quiero creer
¡Vaya jaleo,
jaleo!
Me pone el
bello de punta,
A la sazón,
más que nunca,
“La
Internacional”