miércoles, 28 de mayo de 2008

MANUAL PARA USAR MODERADAMENTE EL RASTRO







































Definición del Rastro.
Definición del vendedor.
Definición del comprador.
  1. Rastro:
Envuelto en una áspera leyenda de picardía marginal, resiste el Rastro. Pariente pobre del comercio al uso, se adapta serpenteante a los nuevos tiempos sin desprenderse de su tradición: el encanto por lo raro, escaso, inútil y ,fundamentalmente, asequible, que sobrevive en el tiempo a través de la historia de la civilización y la cultura.
No es un museo al aire libre, es más bien, como decía Gómez de la Serna: “ La playa donde van a parar los restos de todos los naufragios”, desechados en escombreras, bombos de basura o abandonados en sus íntimos refugios desde donde el trapero los rescata para comenzar una nueva vida en el Rastro al encuentro turbador del objeto y nuestro más recóndito inconsciente, en un piélago de cachivaches y, en donde nunca sabrás, si fuiste tú quien lo encontró o, fue él quien te encontró a ti.
Cosmopolita y barato lo encuentran los artistas bohemios y todo aquel de acobardada economía. Y abandonado a su suerte, el Rastro se convierte en una Academia de Malas Artes y Malos Oficios varados en el interior pícaro del ser humano, en un desagradable escenario donde los personajes del melodrama picaresco, superan con creces, el talento de sus apócrifos guionistas. Pero eso sí, como las aguas de un río, nunca es el mismo en su recalcitrante ciclo de siete días, mediante el cual, mantiene la intensidad-frecuencia necesaria para luego, al final del día, quedarse solo ante la incomprensión, y exprimido hasta la ultima gota, además de ser… extremadamente adictivo.

2.Vendedor:

¡El trapreooo, compro ropa vieja, pelo, lámparas, loza, relojes, cubiertos de plata, trastos viejos…! Canturreaba, acompañado del sonido de los cascos de su burro y las llantas de acero de un atávico carro golpeando sobre el destartalado suelo de adoquines, un hombre de aspecto desaliñado y manos de hierro fundido, que bregaba entre los enseres y rompía el silencio de la consagrada siesta estival. Nunca reparé en él, ni en su carro repleto de inútiles cacharros más allá de estos encuentros que, de cuando en cuando, se producían y, mucho menos, que iba yo a sucederle en tal oficio, reservado tan solo para gitanos y analfabetos. Pero la vida da muchas vueltas y, un día, sin tabaco y siendo aún joven , me acerque al Rastro a vender mis últimas pertenencias y solo dije: esto es lo mío. Empecé a sentirme útil, y continuo fumando hasta ahora.

SUGERENCIAS
  • Compra barato y vende barato. Ten en cuenta esta relación y multiplícala por muchos artículos y al final del día, ganaras dinero. Por el contrario, si compras caro e intentas vender más caro aún, no es en el Rastro donde debas intentarlo.
  • Si metes la mano en el contenedor para coger tu trozo de pastel, despreocúpate de quien se comió el resto, ya que todos participamos de la misma ilusión. Y tampoco te esfuerces en demostrar que sientes y padeces e, incluso, hasta que piensas, es decir, que eres un ser humano en definitiva. Una cosa es cierta, eres materialmente pobre y nada más; sin embargo, tendrás que demostrar muchas veces que no eres tan necio ni incauto, ni mucho menos: un hijo de puta.
  • ¿Marginado o marginal? Da lo mismo. No te curres la página de la lástima. Da algo a cambio, como esfuerzo y constancia, porque tiempo te sobra.
  • Si eres novato, no recibas consejos ni regalos de aquellos que únicamente utilizan el Rastro como compradores, porque solo pretenden perpetuarte en la pobreza y en la ignorancia y, si no me he explicado bien, te contaré esta fábula: “Érase una vez un pobre pajarillo que se había caído del nido mientras su madre se buscaba la vida. Milagrosamente, sobrevivió al tremendo golpe y allí estaba, en el suelo, colapsado por el miedo y aterido de frío. Una vaca que tranquilamente pastaba por allí, se apiadó de él y le descargó una generosa gandinga (más grande que la lona de un circo) sobre su diminuto tamaño. Como pudo, el pajarillo asomó la cabeza mientras su cuerpo entraba en calor y comenzó a piar- ¡pio,pio,pio…!- en agradecimiento a su benefactora, pero, mira tu por donde, una zorra que merodeaba por el lugar, al oír el pio,pio, se acercó sigilosamente y de un bocado se lo zampó. Moraleja: aunque la mierda te llegue al cuello, nunca digas, ni pio.”
  • Cuida tu codicia, pues solo tú eres el responsable de todo cuanto hagas bajo su dictado.
  • No te dejes llevar por tu fantasía infantil y acabes inventándote un cuento sobre tu pasado para estar a la altura de los conspicuos compradores que te doran la píldora y por encima del resto de vendedores, puesto que, al fin y al cabo, solo importan los precios de tu mercancía.
  • No manipules los artículos buscando “el lucro personal; el tente mientras cobro y el ave de paso estacazo”. Tarde o temprano, estos se chivaran y te dejaran con el culo al aire.
  • En el mundo solo hay dos clases de personas: los caballeros y los piruleros. Los caballeros, se caracterizan por su nobleza y son capaces de sacrificarse defendiendo su palabra y los compromisos a los cuales ella está enlazada: deudas, tratos… etc. Sufren cuando son saqueados por la demagogia barata de ineptos mercachifles adeptos a dar palmadas en los hombros. Dentro de su bondad, no alcanzan a imaginarse qué, aquello que todos hemos heredado y aprendido mediante la educación de nuestros ancestros, se convierta en un blanco para francotiradores arribistas. Estrechan la mano dejándose llevar por un sentimiento afectivo que lo vinculará a la otra persona mientras dure el trato. En resumen: Tienen Calidad Humana. Los Piruleros, pueden ser pobres, ricos y tener un amplio bagaje intelectual, pero lo que se pierden, es la satisfacción de haber Cumplido con su Palabra. Por lo tanto, no empeñes tu palabra más allá de lo que buenamente puedas conseguir, sin menoscabar tu propia dignidad.
  • No te dejes acoquinar por los compañeros que invaden tu puesto de venta, que es en definitiva, tu espacio vital y plantea la correspondiente queja a la Delegación para que restituya tus derechos, ¡que a lo mejor tienes suerte y serias el primero en conseguirlo!.
  • No tengas los mismos artículos expuestos más de tres semanas seguidas si estos han despertado el interés de los compradores, porque es el precio lo que no les atrae. -Me lo pensaré- te dirán, y tu paraeta se irá llenando poco a poco de curiosos “Me lo pensaré”
  • No dejes que sea el comprador el único que se quede satisfecho en la operación; disfruta con él desapegándote de los artículos, al fin y al cabo, todo es impermanente.
  • Ni se te ocurra autoproclamarte príncipe de los pocaropa ni ser ungido por ellos. Cuando sientas este deseo, siéntate en postura zen, pon atención a tu respiración y repite: inspirando tranquilizo mi cuerpo, espirando sonrío, y deja que el deseo se desvanezca por si solo.
  • ¿Me has guardado algo? Te preguntará nada más llegar alguien al que tu considerabas cliente hasta el momento en el que declinó amablemente el artículo en el que tú, primero, habías invertido tú dinero y tus buenas intenciones con el fin de quedar ambos satisfechos pero… en lo único que habéis atinado es: en la mutua decepción. Te aseguro, que poco a poco, los desengaños se desvanecerán en menos tiempo y, que sepas, que no tienes clientes al uso, sino buenas o malas relaciones con los compradores.
  • No tengas como único proveedor a la Diosa Fortuna, ya que como dice el mito: “es una rueda que nunca se para en el mismo lugar dos veces seguidas” y, aprovecha, el poder acceder de una forma barata a multitud de conocimientos a través del material que transcurre por tus manos y el Rastro.
  • Si has alcanzado una cierta veteranía, solo tienes que dejarte llevar por tu propia intuición.

3.Comprador:

Es un ciudadano-a que acude al Rastro para entretenerse; solo o en compañía; de madrugada o a media mañana. Mira, y solo ve lo que le interesa ver.
Hay dos clases de compradores: el que madruga y el que no lo hace.
El primero es individualista y tan solo se deja acompañar en su rastreo por otro amigo o compañero, siempre que éste, no entre en rivalidad con los artículos que él busca. Desgasta el asfalto de la plaza trasegando en todas direcciones tras la arribada de unos y otros vendedores. Es determinante en la configuración del Rastro que percibirá el segundo comprador, pues éste, solo catará aquello que él descarte.

SUGERENCIAS
  • Si vas al Rastro de madrugada, no hace falta que te disfraces, porque todos te conocemos.
  • No metas la mano en los fardos que no están a la disposición del público sin el correspondiente permiso del vendedor, ya que a ti no te gustaría que te lo hicieran.
  • Si es la primera vez que vas al Rastro y no te sucede nada que cambie tus habituales parámetros, tienes el 99% de probabilidades de que nunca más vuelvas a repetir. Por el contrario, si te quedas impresionado ante la saturación de tus sentidos y exclamas -¡Esto es lo que yo buscaba! y te entran ganas de escribir un libro: ponte ha escribirlo ya, porque esto mismo nos ha pasado a todos y ninguno lo hemos comenzado todavía.
  • No abuses del buitreo porque al final acabaras definiéndote, aunque tengas buena posición social y económica y un excelente bagaje intelectual y cultural, como lo define la Academia de la Vida. BUITRE: Persona insegura, inmadura y caradura que se muestra implacable con los semejantes que considera, en su libre albedrío, inferiores. Consciente de su superioridad, picotea a su victima una y otra vez buscando sus flancos más vulnerables: la pobreza en todos sus sentidos, menos en uno, el cual reconocemos cuando lo tenemos delante y llamamos, calidad humana; consustancial a todas las personas independientemente de su cuna. Ante la frustración pierde la dignidad anteponiendo su soberbia a la generosidad que cabría esperar de él. Su egoísmo le desborda dejando al descubierto sus cartas en el envite del regateo. Demuestra falta de lucidez al no saber adaptarse a los cambios intrínsecos de la evolución natural y por lo tanto, condenado a otear desde la cima de su contumacia: su propia decadencia personal.
  • Utilizamos la palabra lástima, a menudo, para definir un sentimiento confuso que nos hace sentirnos inseguros cuando contemplamos el sufrimiento ajeno e, inmediatamente, nos dejamos llevar por la emoción poniendo cara de pena en solidaridad con la escena que nos conmueve. Quizás solo sea cuestión de aliviar el bolsillo en unos céntimos, o tal vez, huyamos con alguna excusa peregrina para no derrumbarnos. También podemos involucrarnos en la vorágine de la experiencia y, como Espartacos, conducirlos hacia la libertad. Todo depende de la formación que tengamos al respecto para tranquilizar nuestra conciencia, que es en definitiva, lo que en realidad nos interesa, ya que todo lo demás, supone una inversión de tiempo y, por reducción, dinero, por lo tanto, acaba convirtiéndose en una materia prima sometida a la especulación como cualquier otra, solo que esta es: sin fronteras. ¿Eres tú un comprador sin fronteras?
  • Si dedicaste toda tu atención a hacerte rico y, de la noche a la mañana, pretendes demostrar también que además eres sensible y culto, no te preocupes, en el Rastro siempre hay algún vendedor que te dejará con cara de gilipollas cuando descubras que la pintura que te ofreció como una ganga, es falsa. La exquisita figura de marfil, es en realidad, de marfilina y, el mueble que te aseguró que era de nogal macizo, es simple pino tintado con nogalina.
  • Cuando descubras un tesoro entre la aparente desidia de cualquier parada destartalada, es mejor que te sientas en ese momento como el mismisimo Howard Carter, cuando descubrió la tumba de Tutankamon, que como el primer varón que desflora a una muchacha, pues, en ese caso, como mínimo, serás el segundo.
  • Cuando pidas precio de un artículo, y este se acomode a tus expectativas, no regatees sin piedad, porque dejaras en el vendedor una mala impronta de la que le costará mucho desprenderse.
  • Si has acumulado mucha quincalla y oropel y te sientes importante por esto, recuerda aquello de que: “Quien nunca ha llevado bragas, las puntillas le hacen llagas”
  • Si durante el resto de la semana atiendes tu vida personal con normalidad y, conforme transcurre el sábado, te vas encontrando inquieto y prefieres quedarte en casa para acostarte temprano, te diré, que estos son los primeros síntomas que te llevarán a convertirte en un yonki del Rastro, y acabaras sintiéndote un incomprendido, un marginado por los tuyos a los que abandonas con cualquier excusa para pasar la mañana entre… ¿la inmundicia?.
  • “El qui furta un ou, furta un bou” Dice el saber popular. No seas mezquino-a, y no te lleves nada sin pagar por insignificante que te pueda parecer esta acción frente a un vulnerable vendedor-a, y si no es así, cuéntaselo a tus selectas amistades.
  • ¿Coleccionista o comprador de curiosidades baratas? ¿Cómo te definirias? Tu crédito personal, nadie lo pone en duda, no obstante, cuando salgas de casa, es mejor que cargues en la pelleja (y no la pierdas de vista) la mayor cantidad de dinero que te permita tu economía, pues nunca sabes lo que te puedes encontrar, ni donde. El instinto te llevara a aquellos puestos en los que tuviste suerte, primero, y luego, continuarás más calmado, como un ritual, tu expectante recorrido una y otra vez hasta que te convenzas a ti mismo de tu fracaso.
  • Si eres de los que piensan que no tienes ninguna necesidad de ir al Rastro y vas cada dominingo ¿Por qué lo haces?.
  • No te dediques a hurdir intrigas cuando pierdas una compra. Si te chinaste, es porque todavía no sabes que siempre no se puede ganar.
  • Tu lamento moñon no te servirá de nada si compraste dejándote llevar por la avaricia, recuerda las veces en las que quedaste muy satisfecho por el mismo motivo, y verás como te consuelas.

EPÍLOGO

Dicen que la ignorancia es muy atrevida y, consciente de ello, he osado en malgastar mi tiempo redactando este manual, que quizás solo sirva para hacer todo lo contrario de cuanto digo en él, con lo cual, me sentiré igualmente gratificado y reconocido.
Quiero dar las gracias al equipo de gobierno del Exmo. Ayuntamiento de Valencia, que a través de su Concejalía de Mercados y Abastecimientos y durante casi 20 años, nos ha tratado con superficialidad, desidia y, últimamente, con un claro menosprecio hacia el contenido material y humano del Rastro. Contenido que, claramente, nosotros no hemos inventado y de quienes tan solo esperábamos comprensión y acercamiento.
Sin su enconada indolencia, nunca hubiera encontrado una mayor motivación para profundizar en la lectura y en escribir estas reflexiones que, fluyen directamente del contenedor y pongo a disposición del consumidor y de cuantos las quieran criticar.


Valencia a 28/3/08

martes, 27 de mayo de 2008

Discrepo con el Serrat, prefiero...







el centro de la ciudad al barrio,
allí me busco la vida en el Rastro,
que es: Cosmopolita y Barato.
Y puestos a preferir, prefiero:
un buen calcetín de primera mano.
He visto como actúan los ricos;
son ricos, por presumir de dinero,
si te pueden dar tres,no dan veinte y,
¡agárralas por si aún se arrepienten!
y puestos a preferir, prefiero:
me asomen por la nariz, tres pelos.
Me curro la Ruta del Pan Duro,
mi preferido quehacer cotidiano.
Cada bombo me da veinte duros
si lo divido por los días del año y,
antes que preferir lo de otro,
prefiero ser como la flor de loto.
Es cierto que la rica basura
en la bolsa cotiza pujante,
y quien más dinerito consigue,
sus colegas lo llaman: ¡Magnate!
y yo, que vivo tocando este palo,
mis colegas me llaman: ¡Mangante!
Lo que será de mí algún día
con humor lo voy a ir escribiendo,
pues, que viva en La PLata o en la Gran Vía,
es una triste cuestión de conceptos,
y el día que ya no este para bromas,
me digan: ¡adiós, Maestro Carcoma!

viernes, 23 de mayo de 2008

Bohemio

Bajar la pendiente sin frenos,
que fácil es
Llegar al final o que los días sean breves:
¡qué más quisiera!
Tabaco, vino, conversación;
materia prima que es de primera,
al fin y al cabo, es lo que queda
en la maleta del perdedor
Al cuarto brik del elixir de Don Simón
el músculo de la lengua, se soltó.
Mi verso es simple como una chabola.
No habla de Dios ni de su Padre;
solo quiero rendir un homenaje
al hombre del reciclaje:
deambula con su maleta de decepción.
De espaldas lo vi caminando
con paso cansado.
Iba dibujando
su despedida.
No quiere molestar
en esta vida,
al fin y al cabo tan chunga;
cogió su maleta y se fue cantando una rumba.
Sus manos de artista pianista
ya no digitan,
solamente agitan,
vivace, el compás de su verbo,
pero él se siente contento
por la eximia compañía
que le brindan:
los que aún no han muerto.
Es leit motiv
el Elixir…

Relojero sin fronteras















Anchoba, Palmolive
Dime, dime, dime
La mitad de treinta y tres cuanto es?
Si llegas a trescientas
No las tientas
Y si llegas hasta mil, triunfo es
Que bien, que bien
Oh yes, oh yes, oh yes!
Aquí en el puto Rastro
No hay dinero
Aquí tan solo hay vales sin valer
El tío de los mil duros
Que no llega
Me acabo este café y me voy a por él
Que bien, que bien
Oh yes, oh yes, oh yes
Si tienes coma tres o coma cuatro
Y gastas coma six o coma set
No tienes coma un duro
en la buchaca
Y siempre palmarás o palmarés
O palmares?
Oh yes, oh yes, yes yes
TrabajaconahincoseisporsietettreintaicincomedeciaJesuslumbrerasrelojero
sinfronteraslosdomingosenelRastrotecambiaelejevolanteyteponelaespiral
yteponepilasyssejartadeccurrarynosaledelpollofrito
Pollo frito pa comer
Pollo frito pa cenar
Pollo frito en San Vicente
Pollo frito en Navidad
Hay que pena me dan!
los pollitos de madera
Hay que pena me dan!
los pollitos en la nevera
Se comió un reloj de arena
Pa cenar, pa cenar
Y se jarta de pan
Pa mojar, pa mojar
y Sale en Semana Santa
Parapan, parapan
Tocando el tambor
Y mas pan y mas pan
Hay que pena me dan!
Los pollitos de madera
Hay que pena me dan!
Los pollitos en la nevera
Esto no es un rap
Que es un blues
Que es el blues del Antabús
No se pone colonia
Porque lleva alcohol
Por prescripción facultativa del Dr. Bedate
Se agacho a coger un euro y le partió el bullate
Hay que pena me dan!
Los pollitos de madera
Hay que pena me dan!
Los pollitos en la nevera
Relojero sin fronteras
Busca otra terapia
No alimentes a los buitres
Mete caña, mete caña
Culungeleculungeleculungeleculungele llama
Culungeleculungeleculungeleculungele llama...

ATRACO IMPERFECTO


Me para la policía
por el tumbao
que tengo al andar,
me dice: ¡Haber las manos!
¿estudias o trabajas?
Le digo: soy catedrático
por la Street Universidad
y me estoy rehabilitando
con cerveza y barrachat;
que me sé todas las leyes
del civil y del penal.
Pregunta: ¿por acatarlas?
le digo: por incumplirlas,
y me encomiendo a Botero
que del infierno es el portero.
¡Este perro callejero
a mi me quiere vacilar!
le voy a meter la del pulpo,
pa que ande,
pa lante y pa tras.
Señor policía de barrio:
yo pasaba por aquí
(El Aute no vio un teléfono
y no se pudo resistir)
yo que vi abierto el estanco
y, como buen profesional,
llevaba cargá la chisma
y me he decidido a entrar.
Le pedí veinte cartones
de Fortuna 25
(a todo esto, la pistola
le apuntaba los cojones).
Se me puso como el mármol, oiga,
puro, entero y verdadero
y por las pencas, cual simio,
se ha jiñado el estanquero.
¡Válgame la Candelaria!
lo que salió por el camal;
viscosa y putrefacta,
una pasta extraterrestre.
Me najé dando un traspiés
Abrumao por el olor:
¡que mala suerte la mía!
no sirvo pa atracador.
¡Ojala fuera ministro!
de defensa o militar,
asina fumaría gratis,
gratis, me saldría matar.
¡Ojalá,ojalá,hojalata!
¡hojalata de la barata!
(Mi madre para el invierno
tiene una bata de guata)
Requiencancancantimpache,
dí con mis huesos en el calabozo,
el llaves, me dio un bocata
de sardinas en escabeche;
los chinches que había en la manta,
corearon: ¡que te aproveche!.
Cumpliendo con el precepto jurisprudente,
su señoría, dictó cuatro años y un día
y pa postre un padre nuestro.
Tabacum de cada día
santificado sea tu nombre…
Salí del talego ansioso
de sexo y de nicotina
y en la cabeza de un tiñoso,
me amorré, a la medicina.

El Maestro Carcoma y su Grupo Salvaje














Hacia mucho tiempo
que no daban palos,
los reyes de la espada
y la pata de cabra.
Alberto se hizo músico
y tocaba roc&rol,
Claudio el mosquetero
se hizo un gran restaurador;
y atrás quedó, el reventar
chupanos y un sublime
homenaje a Rocco y sus hermanos.
El Rubio de torero
se metió a albañil,
y dominaba la paleta
como el Erol Flyn.
Ponía los ladrillos
con la boca y las manos;
solo pensaba en derrotar chupanos
y diole un santo, pa sus colegas,
con la bendición, Urbe et Orvi.
Se fueron a "chorar
y los dilataron".
En casa de un arzobispo
ni el polvo dejaron.
Se llevaron mil hostias
de la sacristía, y casi
cuatro mil en comisaria;
y el comisario, se les reía,
porque no es tonta la policía.
El juez de la causa
fue muy puñetero
y del sumario,
las hostias se perdieron.
En su lugar, pedía el fiscal:
treinta años por escalar,
por allanar y por tener
una banda pa vacilar.
Cumplieron la condena
de aquel chivatazo,
y salieron más clientes
que el rabo de un cazo.
Se fueron pal chino,
a mojar el troncho,
y pillaron los tres
un contumaz sifilazo;
y en antibióticos
y en penicilina, se les agotó
toda la paguilla.
Estuvieron debatiendo
sus contradicciones,
llegando por consenso,
a dos conclusiones:
robar al rico pa no ser pobres
y si pica la um um...
hacerse un buen um um um…

El hombre del reciclaje

La abeja liba las flores;
la flor exhala perfume
y esto es así porque
se encuentra en su lugar.
La rueda gira y no habla.
El libro habla y no rueda,
esto es así porque se
encuentra en su lugar.
El hombre del reciclaje
trabaja a bajo voltaje
y se extingue
en una generación.
Lo apuesta todo a una carta;
sus mejores ilusiones;
siempre pierde
frente al as de corazones.
Ahora recoge jamones,
para comerse los tendones.
Perras y gatas, juntos,
comparten las zurrapas.
El hombre del reciclaje
se está bebiendo su historia.
Hubo una vez que, con su piano,
rozó la gloría.
Las melodías que ahora arranca
a su vetusta pianola
se quejaban de su torpe fluidez.
Sus dedos ya no digitan
al compás de su memoria:
veinte años
lo separan de las notas.
Quien se lo podía haber dicho
a este orgulloso maestro
que iba a acabar,
¿también o tan mal?
a ritmo de vals.
Y ahora recoge jamones
y abusan de él los bujarrones.
¡Quién se mosquee,
es que se dio
por aludido!.
El hombre del reciclaje,
desgasta muchos zapatos;
arriba y abajo,
deambulando
tras los trastos.
El hombre del reciclaje
lleva chaqueta de traje;
dos números más
para calzar:
es natural.
El hombre del reciclaje
no guarda en casa
ni un traje:
partirá a cachitos,
al otro viaje.
El hombre del reciclaje
desciende del cromañon
y ha servido para
crear esta canción.
Y en una profunda balsa,
de hospital universitario,
quedará a merced de
futuros cirujanos.
Y quedará en el recuerdo
de sus correligionarios,
como ejemplo
de talento natural.

Latín,latón,acero y cobre...


Para no ser chivato
y mucho menos
parecer moñas,
que el Hamete Benengeli
cuente esta historia.
Comienza así
en cualquier lugar.
Era un día normal,
los astros tristes
hacían cola,
Fortuna repartía suerte;
le tocó poca.
Se hizo singular
y extrañamente
inteligente:
¡ahí va ese subnormal!
suponía la gente,
por su extraño amor
al contenedor.
Latín, latón, acero y cobre,
sumiso pobre
de intemperie
y de cartón.
Él se va a buscar
con su carrillo
de Mercadona
¡que mala suerte
al cruzársele
una mamona!
Le dijo: ven, dame la mano;
vacúnate contra
la gripe existencial
para que no te duela el alma.
Vacúnate contra
la gripe existencial
y vuelva usted mañana.
Hay que subrayar
que esa gachí
era una Moira.
No se la puede quitar
de la memoria
consustancial
al paladar.
Aún sigue vivo
y pertinaz
fuma la vida.
Va de farol
en la partida.
Aún sigue vivo
reprochando
su flaqueza y... etcétera, etcétera.
Latín, latón, acero y cobre
sumiso pobre
de intemperie
y de cartón.
Se busca la vida
solo y sin freno
hasta el trigésimo noveno
día del mes.

Atentado con potaje


Nunca creí que le gustaran
ni a Maruja y Serafín
el potaje de habichuelas
ni la sopa de Avecrín
Se juraron mutuo amor
entre los ficus de un parque
y montaron su pisito
en el fondo del petate.
Para celebrar la unión
fueron a la Casa Grande
y pidieron el menú
que era un señor potaje.
Se sentaron en el banco
de aquella tremenda mesa
y sirvieronles los platos
incluida la sorpresa
¡Maldita sea!
Qué coraje
he de comerme
este potaje
¡Maldita sea!
Se quejaban
y dos lagrimones
se enjugaban.
Pues sabían que media hora
tenían pa disfrutar
del menú recalcitrante
que luego se iba a vengar.
Y soplaban la cuchara
con inusitada fuerza
y lloraban y lloraban
lagrimones como peras.
Salieron más colorados
que el ojete de un macaco
y se fueron hacia un bar
a ver el telediario.
Traspasaron el umbral
y al momento se pararon
y se fueron de vareta
cogiditos de la mano.
¡Maldita sea!
Iban gritando
y aunque corrían
se iban cagando.
¡Maldita sea!
Se quejaban
siete mil peos
los devoraban.
Los clientes estupefactos
mirando el telediario
Había guerra en Panamá
y guerrilla en aquel cuarto.
En medio de la contienda
un borracho despertó
y gritando ¡Vaya tela!
Con las mismas se durmió.
El dueño, que ya flipaba
al ejército llamó
y sellaron aquel cuarto
por la contaminación.
Y Maruja y Serafín
tuvieron su reportaje
con un titular muy grande
ATENTADO CON POTAJE
¡Maldita sea!
que coraje
como nos vemos
por un potaje.
¡Maldita sea!
se quejaban
y de cuando en cuando
pedorreaban.

jueves, 22 de mayo de 2008

Paco: un poco patituerto y algo pellejo




Paco’s de las ciudades,
reciclando antigüedades.
Paco’s de los mil hoyos
¿para quien serán los chollos?
¡Ay Paquillo!
¡El Paquillo!
Si tu quieres algún chollo,
Paco, te lo trae del hoyo.
El Paquillo, en la bragueta,
tiene puesta la mollera
y por esto una bollera
lo dejó tomando valiun
¡Ay Paquillo!
¡El Paquillo!
se pasa la noche en vela
maldiciendo a la bollera.
El Paquillo,
cuando cobra la paguilla,
tiene mucho peligro,
porque cuando no, pilla
ladillas, pilla las purgaciones.
¡Ay Paquillo!
¡El Paquillo!
y en el Rastro pasa el día
rascándose los cojones.
Había un gordo, asqueroso,
le quería quitar el puesto
porque su presupuesto,
no daba pa antigüedades, antiguas.
Solo vende antigüedades
que se encuentra en los solares.



.

Hay momentos suculentos…

Para leer
para estudiar, ver el mar
para joder
para sembrar
para morder, sentir la lluvia, oír la radio
para amar, correr, flipar, hablar, comer
para caminar
para fumar
para verter
para soplar
para coger
para cagar, mear
para pan, pan
acompañar
ver la luna
soñar
pensar
para ver
para el bar.